El concepto de Motricidad Fina se refiere a los movimientos de la pinza digital y pequeños movimientos de la mano y muñeca. La adquisición de la pinza digital así como de una mejor coordinación óculo manual (la coordinación de la mano y el ojo) constituyen uno de los objetivos principales para la adquisición de habilidades de la motricidad fina.

Cuando hablamos de coordinación óculo-manual nos referimos a cómo el niño debe coordinar la vista para alcanzar o manipular un objeto con sus manos para realizar una actividad específica o simplemente para explorar el objeto. En los niños y niñas con Síndrome de Down estos ejercicios son la base para que vayan desarrollando poco a poco las habilidades y destrezas motrices para ir ayudándolos en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

La Doctora Gladis Bécquer (1999), asume el concepto de motricidad fina como “la armonía y precisión de los movimientos finos de los músculos de las manos, la cara y los pies”. Es decir, es el tipo de motricidad que permite hacer movimientos pequeños y muy precisos.

La motricidad fina debe ser desarrollada desde el nacimiento hasta 6 o 7 años de edad, siendo muy importante en la etapa escolar, ya que influye directamente en el aprendizaje de la escritura.
Este desarrollo motor está relacionado con lo social, simbólico, afectivo e intelectual siendo primordial para el desarrollo del niño a través del movimiento de su cuerpo sobre su entorno.

Su importancia en el desarrollo de los niños y niñas es crucial porque conlleva la coordinación de músculos, huesos y nervios para producir movimientos pequeños y precisos logrando la estimulación de la mano y dedos para alcanzar una mayor destreza manual y coordinación visomotora que a su vez permitirá un mejor desenvolvimiento en sus tareas en la vida diaria como rasgar, trozar, doblar, plisar, pegar, cortar , pintar, colorear, trazos, escribir, vestirse, desvestirse, comer, entre otros.

Las actividades que las familias pueden desarrollar en el entorno del hogar son variadísimas, y qué mejor que las actividades cotidianas en casa a través de juegos como amasar con plastilina, picotear con tijera, pintar con témpera, hacer bolas de papel, punzar, colocar pinzas en prendas, sacar fichas con pinzas, enhebrar cuentas, abotonar, desabotonar, atarse los cordones, construcciones con legos, coger cosas pequeñas solo con los dedos (semillas, frejoles), entorchar y desentorchar, enroscar, destapar botellas o frascos. Todas estas actividades deben practicarse diariamente, mientras más practica, será mayor su habilidad para realizar movimientos finos.

Cuando el niño ha logrado precisión en sus movimientos finos, podemos decir que sus destrezas motoras finas están instauradas, lo cual favorecerá el agarre de pinza para una buena escritura, así como también podrá vestirse solo y atarse los cordones de los zapatos sin ayuda. Para hacerlo deberá haber adquirido el control del gesto fino y un movimiento preciso debido a la maduración de su coordinación viso-manual.
El desarrollo de la motricidad fina en niños y niñas en la etapa infantil les brindará autonomía y seguridad en la realización de actividades de todo tipo tanto en la casa como en la escuela.

Lic. Lourdes Murillo
Docente de 2do año de educación básica

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